Vladimir Tajč (Taich) nació en Bogotá en los años 1960, cuando arboledas y arroyos eran las venas por las que fluía la vida de una ciudad que se asomaba tímidamente a la modernidad. Su infancia transcurrió junto a sus hermanos y amigos del colegio en juegos y aventuras propias de quien va descubriendo no sólo el mundo, sino también formando su propio universo interior.

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La naturaleza, y especialmente su olor, marcó su percepción desde niño, e incluso en su edad adulta, todavía lo transporta a lugares interiores donde la sensibilidad se reconoce, se autodefine y se expresa libremente.

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A Vladimir le gustaba separarse y realizar creaciones originales con piezas de Lego mientras escuchaba a su padre tocar el piano, el acordeón o el violín. Sintió que las melodías lo envolvían y alimentaban su imaginación infantil.

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A principios de los años 80, Vladimir estudió Publicidad y más tarde Diseño Industrial y Cerámica, profesiones que combinó y que le llevaron por el camino del emprendimiento y la independencia. Fue ceramista y escultor y creó la primera unidad exportadora de productos artesanales de Colombia con "Proexpo", ahora Proexport, logrando un papel importante en la promoción de exportaciones de bienes no tradicionales y llegando a más de 45 países junto a su amigo y socio en la Estados Unidos, Throop Bergh. Vladimir participó en importantes ferias anuales en Frankfurt, París, Londres, Nueva York, Boston, Miami y muchas otras ciudades.

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Esta experiencia le permitió constatar el alto nivel y valoración que tienen los artistas colombianos en el exterior y también le sirvió para abrirse a nuevas posibilidades y facetas laborales. A principios del nuevo siglo, pudo ver la transformación del mundo a través de la interconectividad de los medios digitales y imaginó un futuro prometedor a través de ellos. Formó Suzona con su amigo Mike Anderson, un portal donde reunió, dirigió y promovió a más de 750 artesanos de todo el país.

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Su polifacética trayectoria profesional tiene una conexión directa y complementa de manera indispensable su vida familiar: Diana, el gran amor de su juventud y su esposa, pilar fundamental de su proyecto de vida, junto a sus dos hijos, que son, según sus propias palabras, "su mejor creación y su gran labor como ser humano." Al igual que sus padres, busca dejar en ellos una huella imborrable de valor, esfuerzo, honestidad y respeto.

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Después de muchos años de cosechar triunfos y asimilar derrotas, Vladimir regresa al lienzo y al óleo como medio de expresión y crea Emociones y Sentimientos, Planeta Tierra, Planeta Agua, Huellas Abstrakt, una serie de exposiciones individuales. Un recuento de su vida y su historia a través de pigmentos y texturas que hablan por sí solas en un lenguaje abstracto, silencioso y significativo. Un recordatorio al mundo de que debemos proteger nuestro planeta Tierra.

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