La millonaria facturación de Google está basada en un espíritu innovador que permea toda la compañía.
Google lleva varios años facturando más de 50.000 millones de dólares y hace pocos días reveló que entre abril y junio sus ventas llegaron a 15.960 millones de dólares, 3,72 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior.
Esta compañía es tal vez el mejor ejemplo de aplicación de múltiples estrategias para la innovación, pues el mantenimiento de su puesto en el mercado de la tecnología y la informática depende de su capacidad para sorprender al público e ir un paso más adelante que sus también fuertes competidores en el área te.
Esta semana, por ejemplo, ofreció un premio de 1 millón de dólares para quien desarrolle un aparato que haga la electricidad de origen solar o eólico más práctica para uso diario, en un concurso para el cual se asoció con el Instituto de Ingenieros en Electricidad y Electrónica. El desafío de los concursantes es miniaturizar los transformadores de energía a la décima parte de su actual tamaño. Pero todo dentro de este gigante está hecho para generar mil ideas por segundo y llevarlas desde el plano intangible a elementos materiales y útiles.
Expertos de Hay Group explican que en Google existe una jerarquía intencionalmente plana y se crea un ambiente de trabajo relajado e inclusivo para que los empleados cuenten con el tiempo y el espacio necesarios para circular y compartir sus ideas libremente.
El orgullo profesional garantiza que se piensen muy bien las ideas antes de hacerlas circular.
Pero las buenas ideas se ponen a prueba rápidamente y aquellas que no pasan los filtros son archivadas decididamente, siempre después de una cuidadosa evaluación.
Todos estos experimentos se realizan en un entorno psicológicamente seguro que energiza y alienta a los empleados para que piensen sobre lo que sus usuarios necesitarán en el futuro.
Esto le permite lanzar continuamente grandes ideas como los exitosísimos Google Map y Street View.
Cuando se trata de hacer esfuerzos extras, la compañía tiene una tolerancia relativamente alta para los errores, al considerar que es una condición necesaria para la innovación.
Cuando los expertos de Hay Group preguntaron cómo la compañía supo que estaba siendo suficientemente innovadora, un empleado senior respondió: “Nos preocupamos cuando no cometemos suficientes errores”. Y aunque esta actitud no es para todas las compañías, ilustra la importancia de la cultura y mentalidad para que la innovación prospere.
Fuente: portafolio.co